Una experiencia valencianista para los jóvenes de la Academia VCF que sueñan con repetir final… y ganarla en el campo

Hay lecciones en el fútbol que van más allá del resultado. Los jugadores y jugadores de la Academia VCF lo pudieron comprobar el pasado fin de semana en Sevilla donde hubo una amplia representación de los 442 jugadores que conforman los 27 equipos que cada día entrenan en la Ciutat Esportiva de Paterna a los que el club quiso tener muy presentes en esta final de Copa del Rey.

Han sido días llenos de emociones: la ilusión del viaje y del encuentro con los compañeros ya en Sevilla; la fiesta en las calles en un ambiente sano y 100% ADNVCF; la tensión del partido, la prórroga y la tanda de penaltis, nervios, alegría y decepción final. La rabia y la tristeza. Y también el poso de orgullo de ver a un equipo competir alentado sin descanso por una afición volcada que redoblaba esfuerzos para compensar la inferioridad numérica en las gradas y que además dio un ejemplo de comportamiento y civismo.

Hubo muchas lágrimas al acabar el partido. Especialmente doloroso ver llorar así a los más pequeños abrazados a sus padres. Sin ser conscientes del todo, se llevaron uno de los aprendizajes más importantes de la temporada: saberse parte de una gran familia en la Academia VCF, de un club y una afición que volvió a demostrar su enorme dimensión social y su espíritu de resistencia ante los obstáculos. Reforzar ese sentimiento de pertenencia y los conceptos de Sentiment, Valentia i Germanor.

Son días que a buen seguro tardarán mucho en olvidar nuestros jugadores de la Academia VCF. Y su recuerdo les hará estar más preparados para cuando llegué otra final -que llegará seguro-. Y vivirán más finales en la grada. Y soñarán que son ellos y ellas las que algún día estarán sobre el campo, defendiendo ese escudo que nos une. Y desde la hierba escucharán los ánimos de esa afición que saben infatigable.

Las emociones vividas en Sevilla refuerzan ese sueño compartido por nuestros chicos y chicas de la Academia VCF. Que ese sueño y esas emociones sean la motivación y la energía que les haga trabajar más duro todavía cada día en la Ciutat Esportiva para hacerlo realidad.